Firmado en el ángulo inferior izquierdo “Gregorio Prieto”
Signatura: FAR P-67
Tuvo toda su vida una fijación, explícita u oculta: la presencia recurrente de los paisajes de su Mancha natal. Como protagonistas o como fondo de composiciones con figuras. Éste es uno de ellos. Los molinos están entendidos como sucesivos cilindros decrecientes, simplificación un tanto esencialista que recuerda lejanamente a la pintura metafísica italiana.
El expresivo uso del color y de la materia voluminosa, táctil casi rústica, muy distinta a la de Benjamín Palencia, fracciona los planos en matices tan cambiantes como las luces de la Mancha.