Firmado en el ángulo inferior izquierdo “J. H Leemans”
Signatura: FAR P-1
Este paisaje de impecable equilibrio clásico tiene la ligereza, frescura y espontaneidad de la pintura del natural. La transparencia de la pintura, en la que se perciben las distintas capas y partes del soporte apenas cubierto, y la concisión de las pinceladas, pocas, precisas, constructivas y quizás rápidas dotan a esta obra de una indudable viveza y sinceridad. Y denotan un absoluto dominio de la técnica y una vez más el influjo remoto de Cézanne.
La visión del espectador es hábilmente conducida hacia el fondo, unas montañas azules destacándose sobre un cielo invernal luminoso, merced a la línea en S que trazan tanto la diagonal del río como los árboles en tamaño decreciente y las delicadas líneas de vallas y caminos.
La mezcla de precisión ocasional en las formas y partes más desdibujadas y confusas conforman una vibración dinámica apropiada al fluir del agua y al frío viento que parece estremecer las ramas desnudas en este paisaje de parco cromatismo y profunda melancolía.