Firmada en el lateral derecho: “J. Haro 2/4”
Signatura: FAR E-14
Edipo, hijo de Laios y Yocasta, fue criado en Corinto para protegerle de su padre, rey de Tebas, que temía la profecía de que su hijo acabaría con él. A su vez un oráculo advierte a Edipo que si regresa a Tebas acabará matando a su padre y se acostará con su madre. La profecía se cumple cuando de camino a Tebas se topa con un hombre, su padre, al que mata tras una reyerta y al llegar a la ciudad y acabar con la amenaza de la esfinge es coronado rey, yaciendo con su madre. Al conocer el cumplimiento de su destino, su madre se ahorca y él, desesperado, se arranca los ojos por no haber sido capaz de ver lo que estaba haciendo.
Juan Haro representa ese instante. Tocado por la corona eleva su terrible grito al cielo, mientras una profunda sombra ocupa la cavidad vacía de los ojos.
Al margen de las anécdotas inherentes al mito y que fueron utilizadas por Sigmund Freud para describir el complejo que lleva el mismo nombre, el de Edipo es el drama del hombre enfrentado a sí mismo y a su destino. Del hombre consumido por la desesperación que este conocimiento le procura. Es, extrapolando aún más, la expresión de la angustia existencial que todo ser humano arrastra consigo por el mero hecho de estar sometido a las leyes inexorables de la vida y la muerte.
Esta obra aporta una nueva y personal versión dentro de la corriente de expresión del drama humano a través del grito, con ilustres antecedentes como Poussin, Munch, Bacon o Julio González, entre otros.