Cristino Mallo
Tuy (Pontevedra), 1905-Madrid, 1987
Hermano de la pintora Maruja Mallo, inicia su formación en Avilés, y la completa en Madrid a partir de 1923. Son años intensos en los que comparte amistad con Pérez Mateo, Dalí, Lorca, Miguel Hernández… y asiste a las tertulias del café Gijón, el Lyon y la Granja del Henar, donde conoce a Ortega, Unamuno y Valle-Inclán.
En 1933 consigue el Premio Nacional de Escultura y en 1935 una plaza de profesor en la Escuela de Artes y Oficios de Salamanca. Tras la Guerra Civil adopta una posición de artista silencioso y escéptico, siempre irónico, prefiriendo la escultura de pequeño formato; a la que se sucede en 1945 una etapa de figuras “en movimiento”.
A partir de 1948 recibe el apoyo de Eugenio D´Ors y se suceden las exposiciones, los premios y el reconocimiento, destacando su participación en las Bienales de Venecia de 1952, de 1954 y la Primera Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1954. En 1972 desarrolla una nueva etapa docente como profesor en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid y en 1973 es elegido Académico de Bellas Artes de San Fernando, dignidad a la que renuncia en 1980, dando pruebas de su independencia y de la complejidad de su carácter.