Juan Haro
Cuevas del Almanzora (Almería), 1932- Madrid, 2009
Efectúa sus estudios en Barcelona, que compagina, en unos años de posguerra especialmente difíciles, con trabajos en talleres de artesanos, donde aprende técnicas que le serán de gran utilidad, y de escultores como Clará, Viladomat, Miró y otros. Expone en Barcelona y Casablanca antes de marchar, en 1956, a Venezuela, donde ejerce la docencia en la Universidad de Caracas y realiza diversos encargos, cosechando gran éxito. En 1958 se instala en París, donde prosigue sus estudios, realiza diversos encargos y traba amistad con artistas como Giacometti, Clavé, Guansé, Lobo, Viñes…. Es cofundador de la Asociación de Artistas Españoles en París y la preside de 1960 a 1967, impulsando la publicación de, entre otros, el libro “Asturias” con Cercle D´Art. Realiza varias exposiciones y recibe varios premios que culminan en 1964 con el Gran Premio Nacional de Escultura del Museo de St. Denis de París.
En 1967 se traslada a Madrid, donde prosigue su labor con encargos y exposiciones en diversas galerías como Biosca. Entre los diversos galardones que recibe destacan la Segunda Medalla en la Nacional de Bellas Artes (1968), el Segundo Premio en la Bienal Internacional del Deporte en las Bellas Artes (1969), Beca de la Fundación Juan March (1970) y el Primer Premio en el Concurso Nacional de Madalla “Tomás Francisco Prieto” convocado por la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre en el año 1970 y de nuevo en 1976.
Obras suyas figuran en numerosos centros y museos como el Centro Nacional de Arte Reina Sofía, Fundación Juan March, Museo Santos Díez en Cantabria, Fundación Aena, Ministerios de Hacienda y de Defensa en Madrid… y espacios públicos como el Aeropuerto de Barajas, numerosos Institutos de Enseñanza Pública de la Comunidad de Madrid, Polideportivo Municipal de Torrejón de Ardoz o Monumento al Maestro Quiroga en Madrid.
Juan Haro fue el gran amigo de la última etapa de Antonio Ródenas, confidente de altura en materias como arte y literatura o filosofía. El escultor le hizo dos retratos en bronce al coleccionista, que se conservan en la Colección.
Juan Haro fue uno de los tres albaceas testamentarios encargados de constituir la Fundación, tarea en la que demostró una fidelidad, tenacidad y empuje más allá de lo normal, y sin los cuales este proyecto no habría sido posible.