Firmado en el ángulo inferior derecho “R. Macarrón 55”
Signatura: FAR D-20
La Colección Antonio Ródenas posee cinco obras de Macarrón. Dos pinturas y tres dibujos, de los cuales quizás sea éste el más interesante.
Conocido a nivel mundial por sus retratos, con los que alcanzó gran éxito, Macarrón también practicó mucho el paisaje, sobre todo en su juventud.
Esta obra es algo posterior a la época en que Ródenas trató a Macarrón en París. Antonio Ródenas realizó dos estancias en esa ciudad: de octubre de 1949 a mayo de 1950 y durante el curso 1950- 1951, residiendo en el Colegio de España de la Ciudad Universitaria. Allí coincidió, durante el primer viaje, con el joven de veintitrés años Ricardo Macarrón, también residente en el Colegio, y que según nos testimonia Ródenas en sus diarios, andaba un poco perdido pues “no acaba de comprender a los impresionistas, sobre todo a Cézanne”. Nuestro coleccionista se encargaría de orientarle y de descubrirle la pintura que él tanto amaba. Pero esta relación no llegó a verdadera amistad. Y aunque Ródenas le adquirió obra, debió ver con cierta pena cómo se cumplían sus pronósticos acerca del futuro artístico de Macarrón, cada vez más centrado en su faceta de retratista de éxito social en detrimento de sus otras capacidades pictóricas.