Andrés Conejo
Madrid, 1914-ibídem, 1992
Andrés Conejo, pintor pensionado en la Academia de España en Roma, que recibe en 1956 el Premio Nacional de Pintura entre otros reconocimientos nacionales e internacionales, estaba casado con una prima hermana de Antonio Ródenas, muy querida por éste, Clotilde Moreno, de origen murciano.
Antonio Ródenas coleccionó especialmente sus paisajes murcianos pues reflejaban aquella Arcadia feliz en la que Ródenas pasó los mejores años de su infancia, en la que entró en contacto con la literatura, sobre todo francesa, en la biblioteca de su tío y con unas gentes apegadas a los ciclos de la tierra. También apreciaba en el pintor su clasicismo italianizante, de austero cromatismo, muy entroncado en el llamado "retorno al orden".