Firmado en el ángulo inferior derecho “A. Conejo 52”
Signatura: FAR P-13
A pesar de sus reducidas dimensiones esta es una bella interpretación de un canal veneciano que trasciende el tamaño del cuadro. Expresa muy acertadamente la exuberante decrepitud de los palacios humedecidos por las aguas, roídos por los siglos y que en su desvencijada nobleza conservan todavía el esplendor de las glorias de la Serenísima. Supone un acercamiento a la realidad sincero y respetuoso pero suficientemente inteligente como para profundizar más allá de la apariencia visual. Esto lo emparenta, en este caso, con una imprecisable gran tradición clásica.
Establece aquí el pintor un rico diálogo de verdes, en particular el esmeralda, y rojos encendidos, explayándose en la tactilidad matérica.
Tratado con la ligereza de un esbozo, sobre todo en la zona de la izquierda, en la que el color del fondo apenas está cubierto, tiene al tiempo el empaque y la grandeza de un cuadro mayor.
Fue probablemente pintado al final de su larga estancia como becario en Italia (1946-1952).